viernes, 25 de diciembre de 2020

- Misa de Navidad en la catedral de Quito



 En la noche del 24 diciembre 2020 fuimos a la catedral de Quito a celebrar, con el Arzobispo de Quito, la Misa del Gallo, o la primera misa de Navidad. 
       He aqui algunas fotos de esta celebración:

En la procesión hacia el altar, se deposita el Niño Jesús en el Nacimiento:

Ya el Niño Jesús en su pesebre dentro de la Catedral Metropolitana de Quito:


Concelebrando la Misa de Navidad con el señor Arzobispo de Quito, el Rector del Seminario y el Vice-canciller de la Arquidiócesis:
Durante la Misa de Navidad en el Altar Mayor de la Catedral Primada de Quito
El arzobispo de Quito en su predicación navideña
Durante la Consagración de la Misa
El Arzobispo de Quito repartiendo la Comunión a los seminaristas
Fieles presentes en la Misa de Navidad (separados en las bancas por las medidas de bioseguridad
El grupo de seminaristas de Quito con el Arzobispo y dos formadores


jueves, 24 de diciembre de 2020

- Navidad en Latinoamérica

LA NAVIDAD EN AMERICA LATINA 

La Nochebuena se celebra en toda América Latina con una cena familiar donde salen a relucir recetas heredadas por generaciones, que marcan a cada país y que forman parte de su identidad.

    Las ciudades en América Latina ya se vistieron de fiesta. Sus calles están adornadas con luces de distintos colores y ornamentos de madera, aluminio, cartón o vinil -según la tradición de cada país y el presupuesto de sus Gobiernos- junto con árboles navideños de diferente tipo y tamaño.

   El tráfico, a veces caótico, se incrementa en las cercanías de los mercados y centros comerciales. Hay miles de personas, de todas las edades, que lucen gorros de tela roja con bordes blancos mientras buscan el regalo perfecto para sus seres queridos. La expectación aumenta según avanza el calendario. 

La gente compra ropa nueva para estrenarla en las fiestas y hace cita en distintos salones de belleza. El tiempo corre. Ya se acerca la Nochebuena y, con ella, la cena en familia.

    La cena de Navidad latinoamericana cuenta con elementos en común como el pavo y la carne de cerdo.

   La riqueza cultural de América Latina también se luce en la mesa. La cena de Navidad, quizás uno de los encuentros más importantes del año para las familias latinoamericanas, cuenta con elementos en común como el pavo y la carne de cerdo. Sin embargo, cada país pone su sazón y sus recetas exclusivas para la noche del 24 de diciembre. Cada nación tiene su sabor característico.

  Argentina comienza su cena con huevos rellenos, melón con jamón, las empanadas y los arrollados, para dar paso a su célebre asado. Brasil no deja atrás su arroz y pollo a la brasileña para finalizar con un tronco de Navidad. Bolivia degusta su picana, hecha con una combinación de carnes de res, cerdo, cordero y pollo, vino blanco, ají, pasas y verduras. En tanto, Colombia incluye los buñuelos y la natilla en su mesa y Chile celebra con su pan de pascua y la cola de mono: un ponche hecho con aguardiente, café, leche, azúcar y canela.

  Cuba no se queda atrás con el congrí y los chuchifritos, como complementos del cerdo asado, y finalizan con flan al horno o con los pasteles de ron.

   En Ecuador se consumen mariscos en salsa y, como postre, pristiños (galletas de harina fritas bañadas con miel) acompañados de higos y queso. Honduras celebra la Navidad también con sus rosquillas, hechas de maíz y cuajada bañadas con miel de panela. Por su parte, las familias de República Dominicana acompañan el puerco de puya con ensalada rusa y moro de gandules, que es arroz con verduras, legumbres y leche de coco.

   La cena de Navidad es uno de los encuentros más importantes del año para las familias latinoamericanas.

   Perú celebra en familia con pavo o un lechón acompañado con puré de manzanas y arroz navideño, panetón y chocolate caliente. Panamá come su pavo con miel de caña y salsa china. Puerto Rico incluye en su mesa los pasteles de masa de plátano verde rellenos con carne de cerdo guisada con papas y pimientos. Paraguay saborea su chipa guasu, una especie de suflé salado hecho de maíz y queso, junto con su sopa paraguaya.

Uruguay, por su parte, celebra con huevos rellenos, lengua a la vinagreta y la parrillada. Mientras, Venezuela consume su famoso pan de jamón, elaborado con aceitunas y pasas, así como con el asado negro y las hallacas.

  La cultura del maíz, presente en Navidad

Los tamales también hacen presencia en las cenas de Navidad, con diferentes ingredientes y tamaños. Costa Rica elabora su tamal tico a base de masa de maíz blanco condimentada junto con una variedad de legumbres y carne de cerdo con ciruelas pasas.

 El Salvador acompaña el pavo horneado con tamales de gallina condimentados con salsa de tomate, aceitunas y especies. La expectación aumenta según avanza el calendario. Ya se acerca la Nochebuena y, con ella, la tan esperada cena en familia.

Guatemala hace tamales colorados o negros rellenos de pasas, ciruelas, aceitunas y también con pollo, cerdo o pavo, que son acompañados con una ensalada de zanahoria con pasas. México también cuenta con una amplia variedad de tamales que acompañan a los tradicionales romeritos con salsa de mole, hecha con hasta 40 ingredientes que incluyen cinco tipos de chiles secos molidos, caldo de pollo, nueces, polvo de camarón, chocolate, azúcar, sal y comino. Por su parte, Nicaragua luce en la mesa sus nacatamales hechos con masa de maíz, verduras, aceitunas, arroz y carne de cerdo o res.

  Con esta variedad de recetas y unos villancicos para acompañar, las cocinas en América Latina estarán encendidas este 24 de diciembre para preparar uno de los encuentros familiares más esperados del año.

 

miércoles, 23 de diciembre de 2020

- Navidad en el bosque del Seminario

 Para poder celebrar todos juntos la Navidad, antes de que los seminaristas salieran para celebrarla con sus familias, en el bosque del Seminario (lleno de arboles de eucalipto) celebramos con los Obispos de Quito la Misa de Navidad. 


He aqui varias imágenes de la celebración al aire libre en el Valle de los Chillos (Quito)

Arriba el coro del Seminario y abajo los dos Obispos y demás celebrantes (un servidor está el segundo a la izquierda, con sombrero))
los seminaristas e invitados en el bosque del Seminario de Quito
El Arzobispo de Quito dando la comunión a uno de los seminaristas
Los Obispos y el grupo del Nacimiento viviente
La Felicitación de Navidad 2020 del Seminario
Mi felicitación navideña 2020 enviada a los amigos (pintura de la Navidad indígena otavalense)
La Reflexión Navideña 2020 enviada a los amigos y conocidos (escrita por el Patriarca latino de Jerusalén):

“Un bebé en un pesebre, aquí está la señal del comienzo del nuevo Reino”,

 

Esta Navidad no podemos reunirnos en gran número en la comunidad para celebraciones litúrgicas; no hemos podido reunirnos con los diferentes grupos que están organizando fiestas y reuniones en este periodo. “Tendremos una Navidad de perfil bajo”.

La pandemia y el miedo derivado de ella han marcado directa o indirectamente la vida civil y religiosa y parecen habernos paralizado. Este último año 2020, se ha caracterizado por el miedo: salud, economía e incluso política. Todo parece haber sido volcado por este pequeño pero poderoso virus, que anuló nuestros proyectos en poco tiempo y nos ha dejado desorientados.

Sí, es un gran desafío vivir sin miedo en nuestro mundo, un mundo con su dinámica que no deja de alimentar tanta ansiedad. Los ojos del cuerpo ven todas las razones del miedo.

Sin embargo, los ojos del Espíritu ven las señales que Dios proporciona al hombre: las señales de Su presencia, Su fuerza oculta, Su reino, que surgen dentro de nosotros cuando le damos lugar. ¿Y cuáles son las señales que nos aseguran que el Señor está a punto de comenzar Su Reino? No tendremos pruebas tremendas y llamativas. No tendremos grandes señales. Nada aparecerá que trastorne al mundo para probar el hecho. El Reino de Cristo Señor no tiene nada que ver con el poder de César Augusto ni con manifestaciones poderosas y visibles de fuerza. No es así como viene el Reino. Un bebé en un pesebre es la señal del comienzo del nuevo Reino.

Pero es una señal de que podemos dejarlo escapar fácilmente; podemos pasar sin ni siquiera darnos cuenta porque estamos tan envueltos en nuestras ansiedades y miedos. Cerramos nuestras mentes con tanta voluntad en nuestras perspectivas humanas que no reconocemos la presencia de Dios; no damos lugar a la fe en Él: “no había lugar en el hostal” (Lc 2, 7). El miedo nos impide abrirnos, por lo que nos volvemos estériles en lugar de responder a nuestro llamado a ser portadores de Dios.

Los pastores del Evangelio aceptaron la invitación del ángel y se dispusieron a ver y reconocer a Cristo el Señor en ese signo, en el niño colocado en un pesebre.

Jesús vino a volcar nuestros pensamientos, a sorprender nuestras expectativas, a sacudir nuestra existencia, a despertarnos de la ilusión de que todo es conocido, todo está bajo control, que el desánimo es la única respuesta lógica a la triste realidad de nuestro mundo.

Dejemos que el Espíritu Santo nos guíe para reconocer una vez más, ante la adversidad, el signo de su presencia en nuestra realidad. Debemos decidir si limitarnos a mirar nuestra existencia en el mundo de hoy, con su lógica de poder y miedo, o ser capaces de mirar con los ojos del Espíritu para reconocer la presencia del Reino entre nosotros. Debemos decidir si dejar lugar a la frustración y las dificultades del mundo o hacernos capaces, a pesar de todo, de la alegría y el amor. ¿Qué ven nuestros ojos hoy? ¿Qué presencia? ¿Somos como pastores capaces de ir más allá de las apariencias y reconocer la obra de Dios en el mundo?

Nuestro llamado es convertirnos en un signo a su vez. Lo que ven nuestros ojos es lo que nuestra vida anuncia concretamente. Si vemos con los ojos del Espíritu, también tendremos una vida rica en Espíritu y, por tanto, fructífera.

Si decidimos celebrar la Navidad también este año es porque creemos que Cristo nació y está presente. Ahora nos corresponde a nosotros convertirnos en un signo de gran gozo, el gozo de Emmanuel - Dios con nosotros - y ser testigos de este gozo “en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra ” (Hechos 1,8 ).

   +Pierbattista Pizzaballa. Patriarca de Jerusalén. Navidad 2020