El Concilio fue inaugurado por el Papa San Juan XXIII en 1962 y clausurado por el Papa San Pablo VI en 1965. El gran acontecimiento de nuestra era contemporánea en el ámbito de la Iglesia, fue el Concilio: un Concilio pastoral en diálogo con el mundo moderno.
Para
nosotros, los sacerdotes ordenados (yo en 1972) pocos años después de
finalizado el Concilio Vaticano II, nunca olvidaremos el entusiasmo vivido en
los tiempos de la celebración de esta asamblea
eclesial, ya que, entre 1962 y 1965, fueron precisamente los años de nuestra
formación sacerdotal en el Seminario de Barcelona (España).
Se pretendió que fuera una especie de "aggiornamento", es decir, una puesta al día de la Iglesia, renovando en sí misma los elementos que se necesitaren de ello y revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.
El Concilio y el post-concilio proporcionaron una apertura dialogante con el mundo moderno, incluso con nuevo lenguaje frente a problemáticas actuales y antiguas.
Ha sido el Concilio más representativo de todos. Constó de cuatro etapas, (1962-1965) con una media de asistencia de unos dos mil Padres Conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas y razas. Se propuso actualizar la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma: Trató de la Iglesia, la Revelación, la Liturgia, la libertad religiosa, etc. El Concilio recordó la llamada universal a la santidad.En este escrito deseo compartir con ustedes algunos momentos importantes de mi ministerio pastoral, animado e impulsado por el espíritu del Concilio Vaticano II, a lo largo de estos cincuenta años.
P. Jaime Dasquens Sole, presbitero. 3 Diciembre 2022.
FELICITACION RECIBIDA DEL PAPA FRANCISCO
(La carta enviada el 18 noviembre 2022 al Papa Francisco, se encuentra al final de este recordatorio de los 50 años de ordenación sacerdotal)SALUDOS Y
FELICITACIONES
Cardenal
Juan José Omella Omella - Arzobispo de Barcelona
Barcelona,
19 de noviembre de 2022
Querido D. Jaime: Paz y Bien
Me he enterado de que el próximo
3 de diciembre, fiesta de san Francisco Javier, patrón de las misiones,
cumplirás 50 años de ministerio presbiteral. Recibe mi enhorabuena y mi
felicitación por esos largos años de fidelidad al Señor y a las comunidades a
ti confiadas.
Me uno a tu acción de gracias a
Dios y a la del Seminario de “San José”, donde ejerces el ministerio de
Director Espiritual. Que el Señor premie tu entrega y dedicación misionera.
Dios es grande y misericordioso con todos nosotros. Qué bella es la oración que
decimos todos los años en la Eucaristía, el domingo XXVI del tiempo ordinario: “Oh Dios, que
manifiestas especialmente tu poder con el
perdón y la misericordia, derrama
incesantemente sobre nosotros tu gracia, para
que deseando lo que nos prometes, consigamos
los bienes del cielo”.
Te
encomiendo al Señor para que puedas continuar la obra que Él te ha confiado y
la lleves a plenitud. Que te conceda su Paz y te dé la fuerza necesaria para
proseguir en el ministerio sacerdotal muchos años haciendo el bien entre los
seminaristas o donde el Señor te quiera enviar.
Que El
Señor te bendiga y te acompañe siempre.
Con mi afecto y amistad.
+ Card. Juan José Omella Omella
Arzobispo de Barcelona
Cardenal Lluis Martínez Sistach – Arzobispo Emérito de Barcelona
Estimado Mn. Jaume Dasquens,
Con motivo
de tus bodas de oro de ordenación sacerdotal el próximo 3 de diciembre, me
complace muchísimo estar a tu lado junto con muchas personas que te aman y
ruegan por ti.
Es motivo
de dar gracias a Dios por este cincuentenario de sacerdocio y por la
manifestación del amor de Dios, que te ha manifestado y te manifiesta, con el
don gratuito del sacerdocio ministerial, por todo el bien que has hecho en
estos largos años de sacerdocio y por todo lo que el Señor espera de ti.
El próximo
3 de diciembre te confiaré especialmente al Señor y a la Virgen de Montserrat y
también a las patronas de estos países hermanos.
Querido Mn. Jaume Dasquens con una bendición muy cordial, y con un saludo, expresión de la amistad sacerdotal, en comunión de oraciones.
+Cardenal Lluís Martínez Sistach
Arzobispo emérito de Barcelona
Mons. Joan Enric
Vives – Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra
Querido Mn Jaume,
MUCHAS FELICIDADES en el día de tus 50 años de
ministerio presbiteral. ¡Damos gracias a Dios!
Tantos
caminos recorridos y ahora misionero en Ecuador. Todo lo has dado por el Reino
de Dios.
Que el Señor
te haga feliz y te regale su gracia y su alegría.
Te encomiendo y me uno a tu acción de gracias.
Unidos, +Joan Enric Vives Sicilia. Arzobispo d’Urgell y Coprincipe de Andorra
D. Florencio Abajo Núñez – Director
General Sacerdotes Operarios
Escribo
estas líneas con motivo de la celebración de los cincuenta años de ministerio
sacerdotal del P. Jaime Dasquens Solé. Produce una gran alegría contemplar una
vida feliz siendo “simplemente” sacerdote. Es un extraordinario motivo de
acción de gracias a Dios, que es quien llama y es quien sostiene. En sus buenas
manos, el P. Jaime ha vivido este tiempo siguiendo al Maestro como discípulo,
aprendiendo de Él cada día lo que significa ser sacerdote. A esta tarea ha
dedicado sus días, empeñado en ser imagen de quien le creó y le llamó.
Durante
la mayor parte de su ministerio, el P. Jaime estuvo trabajando en la
Arquidiócesis de Barcelona, formando parte de su presbiterio. Y, siendo
sacerdote de Barcelona, ya hace muchos años consideró abrirse también a una
nueva familia: la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. En ella está
viviendo el sacerdocio de Cristo haciendo hincapié en la vida fraterna y en el
trabajo en común en favor de las vocaciones sacerdotales. En la Hermandad, ha
podido ampliar los horizontes de su España natal, sirviendo al pueblo de Dios
en México y en Ecuador.
He
tenido la fortuna de conocer al P. Jaime, descubriendo en él a un sacerdote
sencillo, pobre, con una profunda experiencia de Dios y con una formación
extraordinaria. Siempre atento a las necesidades de los demás y profundo
conocedor del corazón de la gente, sigue siendo, con sus cincuenta años de vida
ministerial, un sacerdote joven. Que el Buen Pastor continúe alentándole en el
servicio de formar nuevos pastores para el pueblo de Dios.
Florencio
Abajo Núñez
Director General Sacerdotes Operarios
D. José Luis Ferré – Director
Espiritual del Seminario S. León Magno de Cuenca
Con motivo de las Bodas de oro
sacerdotales
No
pocas veces se nos ha acusado a los formadores de los seminarios de falta de
experiencia pastoral, minusvalorando la labor de la formación de los futuros
pastores. Sin embargo, pocos meses después de la publicación de la exhortación
postsinodal Pastores dabo vobis (1992), la Congregación para la
Educación Católica publicó el documento Directrices sobre la preparación de
los formadores en los seminarios (1993), en el que destaca la labor
pastoral de los formadores como «un arte que supera a todos los demás» (n. 3),
considerándolo como la tarea pastoral que posibilita todas las demás
pastorales, y, por lo mismo, el “arte de las artes”.
P.
Jaime, después de toda su larga experiencia pastoral en comunidades rurales,
obreras, de ciudad y, además, su preparación psicológica, considero un
privilegio poder contar con usted para colaborar de la formación de los futuros
sacerdotes. Su larga trayectoria pastoral no solo le avala como formador, sino
que puede ser de gran ayuda a la hora de preparar a los futuros sacerdotes
diocesanos. Ciertamente, a usted no se le podrá achacar la falta de experiencia
pastoral y tampoco la preparación para esa labor tan delicada y de tanta
trascendencia para la Iglesia, como la consideró el beato Manuel Domingo y Sol,
patrono de las vocaciones sacerdotales y como pide ese mismo documento
mencionado: los formadores «deben poseer necesariamente… además de las cualidades
naturales y sobrenaturales, la debida preparación espiritual, pedagógica o
técnica» (n. 3).
Me
alegro de haber podido compartir con usted muchas de esas inquietudes como
formador de seminaristas y el ejercicio del ministerio sacerdotal primero en
México y ahora en Ecuador. Muchas felicidades por sus 50 años de ministerio
sacerdotal.
P. José Luis Ferré Martí
P. Carlos Boulanger L. – Rector del Seminario Mayor San José de Quito
Desde hace tres años comparto con Jaime la misión de la formación de los futuros presbíteros en el Seminario de Quito. Hemos tenido oportunidad de convivir y de encarnar el carisma de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos en esta porción del pueblo de Dios. Quisiera destacar algunos aspectos notables en la vivencia del ministerio presbiteral de Jaime.
1. Es “un hombre de Iglesia”, que se expresa en primer lugar en su espíritu
de comunión con el papa Francisco y con los Obispos. Por otra parte, me ha
edificado grandemente su disponibilidad, manifestada en la obediencia y
fidelidad a la misión encomendada. A sus 75 años emprende la aventura de ser
formador espiritual en un país nuevo, con un grupo de sacerdotes que no conoce.
Y lo hace con entusiasmo, sin lamentos ni quejas, dando testimonio de amor al
sacerdocio y a la Iglesia. Encarna
lo que nos dice el Concilio Vaticano II: “Pero como el ministerio sacerdotal
es el ministerio de la misma Iglesia, no puede efectuarse más que en la
comunión jerárquica de todo el cuerpo. La caridad pastoral urge, pues, a los
presbíteros que, actuando en esta comunión, consagren su voluntad propia por la
obediencia al servicio de Dios y de los hermanos, recibiendo con espíritu de fe
y cumpliendo los preceptos y recomendaciones emanadas del Sumo Pontífice, del
propio obispo y de otros superiores; gastándose y agotándose de buena gana en
cualquier servicio que se les haya confiado, por humilde y pobre que sea”.
(PO 15).
2. Su espíritu apostólico y sentido de fraternidad presbiteral. Es el
hombre disponible y trabajador para colaborar con sus hermanos presbíteros en
las diversas tareas pastorales. Además de su misión como Director Espiritual en
el Seminario, con mucha frecuencia durante los fines de semana atiende por
largas horas a los penitentes en el sacramento de la reconciliación, celebra la
Eucaristía, matrimonios, bautizos... Siempre se ofrece a ayudar cuando nos
solicitan colaboración. Dirige retiros, da charlas de formación, acompaña
espiritualmente a los seminaristas…. Don Jaime vive lo que nos enseñó nuestro
Fundador, el Beato Mosén Sol “que no se diga que un Operario pudo hacer un
bien y no lo hizo”.
3. Es un hombre de paz y caridad. El padre Jaime, desde el silencio, colabora generosamente con sus bienes con mucha gente que solicita ayuda para medicinas, estudios, comida, libros, u otras necesidades. Comparte con alegría y desprendimiento. Es hombre que busca la reconciliación y trata de comprender las flaquezas de los demás, con paciencia y caridad.
Felicidades
P. Jaime en tus bodas de oro sacerdotales. Agradezco a Dios el haber compartido
estos años contigo. Tu testimonio y servicio me ayudan y me hace mucho bien.
Gracias.
P.
Carlos Boulanger
IMAGENES DE LA MISA CONCELEBRADA:
-Por el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb
-Por el Obispo Auxiliar de Quito, Mons. David de la Torre, SSCC
-Por los sacerdotes presentes, en la capilla de Betania, de la Conferencia Episcopal del Ecuador, junto con los seminaristas del Seminario Mayor diocesano de San José.
Junto con el Arzobispo de Quito y su Obispo Auxiliar:
- MISA CRISMAL EN LA CATEDRAL PRIMADA DEL ECUADOR: Homenaje a los sacerdotes de la Arqudiócesis en sus bodas de oro y de plata:
El Arzobispo de Quito me regala la imagen de la Virgen y el Niño junto a los otros tres padres que celebraban sus 25 años de presbiterado (marzo 2023).
CENA en el SEMINARIO SAN JOSE DE QUITO:
*Carta enviada al Papa Francisco el 18 noviembre 2022
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