domingo, 1 de septiembre de 2024

- 50 años de ministerio presbiteral: 1972-2022


Con motivo de celebrar los 50 años de vida ministerial como presbítero de la Iglesia Católica, comparto este testimonio de las ILUSIONES, los ANHELOS y los PROYECTOS PASTORALES que he vivido en estos cincuenta años, gracias al Concilio Vaticano II. Acabamos de celebrar los 60 años del inicio del Concilio Vaticano II (22 Octubre 2022), y en Quito hemos tenido diferentes momentos para recordar este gran evento eclesial,

El Concilio fue inaugurado por el Papa San Juan XXIII en 1962 y clausurado por el Papa San Pablo VI en 1965. El gran acontecimiento de nuestra era contemporánea en el ámbito de la Iglesia, fue el Concilio: un Concilio pastoral en diálogo con el mundo moderno.

         Para nosotros, los sacerdotes ordenados (yo en 1972) pocos años después de finalizado el Concilio Vaticano II, nunca olvidaremos el entusiasmo vivido en los tiempos de la celebración de esta asamblea eclesial, ya que, entre 1962 y 1965, fueron precisamente los años de nuestra formación sacerdotal en el Seminario de Barcelona (España).

         Se pretendió que fuera una especie de "aggiornamento", es decir, una puesta al día de la Iglesia, renovando en sí misma los elementos que se necesitaren de ello y revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.

El Concilio y el post-concilio proporcionaron una apertura dialogante con el mundo moderno, incluso con nuevo lenguaje frente a problemáticas actuales y antiguas.

Ha sido el Concilio más representativo de todos. Constó de cuatro etapas, (1962-1965) con una media de asistencia de unos dos mil Padres Conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas y razas. Se propuso actualizar la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma: Trató de la Iglesia, la Revelación, la Liturgia, la libertad religiosa, etc. El Concilio recordó la llamada universal a la santidad.

   Sin lugar a dudas, el Concilio Vaticano II es el hecho más decisivo de la historia de la Iglesia en el siglo XX. El Concilio pretendió promover el desarrollo de la fe católica; lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles; adaptar la vida cristiana a las necesidades y métodos de nuestro tiempo. Tras un largo trabajo de cuatro años, se redactaron 16 documentos, cuyo conjunto constituye una toma de conciencia de la situación actual de la Iglesia y trazaba el camino pastoral de los próximos años.

En este escrito deseo compartir con ustedes algunos momentos importantes de mi ministerio pastoral, animado e impulsado por el espíritu del Concilio Vaticano II, a lo largo de estos cincuenta años. 

P. Jaime Dasquens Sole, presbitero. 3 Diciembre 2022.

FELICITACION RECIBIDA DEL PAPA FRANCISCO

 (La carta enviada el 18 noviembre 2022 al Papa Francisco, se encuentra al final de este recordatorio de los 50 años de ordenación sacerdotal)

SALUDOS Y FELICITACIONES

Cardenal Juan José Omella Omella - Arzobispo de Barcelona

Barcelona, 19 de noviembre de 2022

                Querido D. Jaime: Paz y Bien

                Me he enterado de que el próximo 3 de diciembre, fiesta de san Francisco Javier, patrón de las misiones, cumplirás 50 años de ministerio presbiteral. Recibe mi enhorabuena y mi felicitación por esos largos años de fidelidad al Señor y a las comunidades a ti confiadas.

                Me uno a tu acción de gracias a Dios y a la del Seminario de “San José”, donde ejerces el ministerio de Director Espiritual. Que el Señor premie tu entrega y dedicación misionera. Dios es grande y misericordioso con todos nosotros. Qué bella es la oración que decimos todos los años en la Eucaristía, el domingo XXVI del tiempo ordinario: “Oh Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia, derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo”.

                Te encomiendo al Señor para que puedas continuar la obra que Él te ha confiado y la lleves a plenitud. Que te conceda su Paz y te dé la fuerza necesaria para proseguir en el ministerio sacerdotal muchos años haciendo el bien entre los seminaristas o donde el Señor te quiera enviar.

                Que El Señor te bendiga y te acompañe siempre.

Con mi afecto y amistad.                                                       

+ Card. Juan José Omella Omella
                Arzobispo de Barcelona

Cardenal Lluis Martínez Sistach – Arzobispo Emérito de Barcelona

 Estimado Mn. Jaume Dasquens,

   Con motivo de tus bodas de oro de ordenación sacerdotal el próximo 3 de diciembre, me complace muchísimo estar a tu lado junto con muchas personas que te aman y ruegan por ti.

   Es motivo de dar gracias a Dios por este cincuentenario de sacerdocio y por la manifestación del amor de Dios, que te ha manifestado y te manifiesta, con el don gratuito del sacerdocio ministerial, por todo el bien que has hecho en estos largos años de sacerdocio y por todo lo que el Señor espera de ti.

  El próximo 3 de diciembre te confiaré especialmente al Señor y a la Virgen de Montserrat y también a las patronas de estos países hermanos.

  Querido Mn. Jaume Dasquens con una bendición muy cordial, y con un saludo, expresión de la amistad sacerdotal, en comunión de oraciones.

+Cardenal Lluís Martínez Sistach

Arzobispo emérito de Barcelona

Mons. Joan Enric Vives – Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra

Querido Mn Jaume,

MUCHAS FELICIDADES en el día de tus 50 años de ministerio presbiteral. ¡Damos gracias a Dios!

    Tantos caminos recorridos y ahora misionero en Ecuador. Todo lo has dado por el Reino de Dios.

    Que el Señor te haga feliz y te regale su gracia y su alegría.

Te encomiendo y me uno a tu acción de gracias.

    Unidos,  +Joan Enric Vives Sicilia. Arzobispo d’Urgell y Coprincipe de Andorra 

D. Florencio Abajo Núñez – Director General Sacerdotes Operarios

Escribo estas líneas con motivo de la celebración de los cincuenta años de ministerio sacerdotal del P. Jaime Dasquens Solé. Produce una gran alegría contemplar una vida feliz siendo “simplemente” sacerdote. Es un extraordinario motivo de acción de gracias a Dios, que es quien llama y es quien sostiene. En sus buenas manos, el P. Jaime ha vivido este tiempo siguiendo al Maestro como discípulo, aprendiendo de Él cada día lo que significa ser sacerdote. A esta tarea ha dedicado sus días, empeñado en ser imagen de quien le creó y le llamó.

Durante la mayor parte de su ministerio, el P. Jaime estuvo trabajando en la Arquidiócesis de Barcelona, formando parte de su presbiterio. Y, siendo sacerdote de Barcelona, ya hace muchos años consideró abrirse también a una nueva familia: la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. En ella está viviendo el sacerdocio de Cristo haciendo hincapié en la vida fraterna y en el trabajo en común en favor de las vocaciones sacerdotales. En la Hermandad, ha podido ampliar los horizontes de su España natal, sirviendo al pueblo de Dios en México y en Ecuador.

He tenido la fortuna de conocer al P. Jaime, descubriendo en él a un sacerdote sencillo, pobre, con una profunda experiencia de Dios y con una formación extraordinaria. Siempre atento a las necesidades de los demás y profundo conocedor del corazón de la gente, sigue siendo, con sus cincuenta años de vida ministerial, un sacerdote joven. Que el Buen Pastor continúe alentándole en el servicio de formar nuevos pastores para el pueblo de Dios.

Florencio Abajo Núñez
Director General Sacerdotes Operarios

D. José Luis Ferré – Director Espiritual del Seminario S. León Magno de Cuenca

Con motivo de las Bodas de oro sacerdotales

No pocas veces se nos ha acusado a los formadores de los seminarios de falta de experiencia pastoral, minusvalorando la labor de la formación de los futuros pastores. Sin embargo, pocos meses después de la publicación de la exhortación postsinodal Pastores dabo vobis (1992), la Congregación para la Educación Católica publicó el documento Directrices sobre la preparación de los formadores en los seminarios (1993), en el que destaca la labor pastoral de los formadores como «un arte que supera a todos los demás» (n. 3), considerándolo como la tarea pastoral que posibilita todas las demás pastorales, y, por lo mismo, el “arte de las artes”.

P. Jaime, después de toda su larga experiencia pastoral en comunidades rurales, obreras, de ciudad y, además, su preparación psicológica, considero un privilegio poder contar con usted para colaborar de la formación de los futuros sacerdotes. Su larga trayectoria pastoral no solo le avala como formador, sino que puede ser de gran ayuda a la hora de preparar a los futuros sacerdotes diocesanos. Ciertamente, a usted no se le podrá achacar la falta de experiencia pastoral y tampoco la preparación para esa labor tan delicada y de tanta trascendencia para la Iglesia, como la consideró el beato Manuel Domingo y Sol, patrono de las vocaciones sacerdotales y como pide ese mismo documento mencionado: los formadores «deben poseer necesariamente… además de las cualidades naturales y sobrenaturales, la debida preparación espiritual, pedagógica o técnica» (n. 3).

Me alegro de haber podido compartir con usted muchas de esas inquietudes como formador de seminaristas y el ejercicio del ministerio sacerdotal primero en México y ahora en Ecuador. Muchas felicidades por sus 50 años de ministerio sacerdotal.

P. José Luis Ferré Martí

 P. Carlos Boulanger L. – Rector del Seminario Mayor San José de Quito

Desde hace tres años comparto con Jaime la misión de la formación de los futuros presbíteros en el Seminario de Quito. Hemos tenido oportunidad de convivir y de encarnar el carisma de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos en esta porción del pueblo de Dios. Quisiera destacar algunos aspectos notables en la vivencia del ministerio presbiteral de Jaime.

1.      Es “un hombre de Iglesia”, que se expresa en primer lugar en su espíritu de comunión con el papa Francisco y con los Obispos. Por otra parte, me ha edificado grandemente su disponibilidad, manifestada en la obediencia y fidelidad a la misión encomendada. A sus 75 años emprende la aventura de ser formador espiritual en un país nuevo, con un grupo de sacerdotes que no conoce. Y lo hace con entusiasmo, sin lamentos ni quejas, dando testimonio de amor al sacerdocio y a la Iglesia. Encarna lo que nos dice el Concilio Vaticano II: “Pero como el ministerio sacerdotal es el ministerio de la misma Iglesia, no puede efectuarse más que en la comunión jerárquica de todo el cuerpo. La caridad pastoral urge, pues, a los presbíteros que, actuando en esta comunión, consagren su voluntad propia por la obediencia al servicio de Dios y de los hermanos, recibiendo con espíritu de fe y cumpliendo los preceptos y recomendaciones emanadas del Sumo Pontífice, del propio obispo y de otros superiores; gastándose y agotándose de buena gana en cualquier servicio que se les haya confiado, por humilde y pobre que sea”. (PO 15).

2.      Su espíritu apostólico y sentido de fraternidad presbiteral. Es el hombre disponible y trabajador para colaborar con sus hermanos presbíteros en las diversas tareas pastorales. Además de su misión como Director Espiritual en el Seminario, con mucha frecuencia durante los fines de semana atiende por largas horas a los penitentes en el sacramento de la reconciliación, celebra la Eucaristía, matrimonios, bautizos... Siempre se ofrece a ayudar cuando nos solicitan colaboración. Dirige retiros, da charlas de formación, acompaña espiritualmente a los seminaristas…. Don Jaime vive lo que nos enseñó nuestro Fundador, el Beato Mosén Sol “que no se diga que un Operario pudo hacer un bien y no lo hizo”.

3.      Es un hombre de paz y caridad. El padre Jaime, desde el silencio, colabora generosamente con sus bienes con mucha gente que solicita ayuda para medicinas, estudios, comida, libros, u otras necesidades. Comparte con alegría y desprendimiento. Es hombre que busca la reconciliación y trata de comprender las flaquezas de los demás, con paciencia y caridad.

Felicidades P. Jaime en tus bodas de oro sacerdotales. Agradezco a Dios el haber compartido estos años contigo. Tu testimonio y servicio me ayudan y me hace mucho bien. Gracias.

P. Carlos Boulanger

IMAGENES DE LA MISA CONCELEBRADA:

-Por el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb 

-Por el Obispo Auxiliar de Quito, Mons. David de la Torre, SSCC

-Por los sacerdotes presentes, en la capilla de Betania, de la Conferencia Episcopal del Ecuador, junto con los seminaristas del Seminario Mayor diocesano de San José.


Junto con el Arzobispo de Quito y su Obispo Auxiliar:


- MISA CRISMAL EN LA CATEDRAL PRIMADA DEL ECUADOR: Homenaje a los sacerdotes de la Arqudiócesis en sus bodas de oro y de plata:

   El Arzobispo de Quito me regala la imagen de la Virgen y el Niño junto a los otros tres padres que celebraban sus 25 años de presbiterado (marzo 2023).

CENA en el SEMINARIO SAN JOSE DE QUITO:




 *Carta enviada al Papa Francisco el 18 noviembre 2022

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